miércoles, 9 de septiembre de 2015

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Comienzos de la radiactividad
En 1896 Henri Becquerel se entusiasma con el descubrimiento de los rayos X que había hecho Röntgen poco tiempo antes. El científico francés intentaba hallar una relación entre la fosforescencia de las sales de uranio (que brillaban con un resplandor verde cuando eran expuestas al Sol) y el descubrimiento de los rayos X.
Para este experimento preparó sus materiales: una placa fotográfica, papel carbónico (para que no se filtrara luz), sales de uranio. Quería exponer el mineral al sol, luego ponerlo en contacto con la placa fotográfica, envolverlo en el papel carbónico y observar los resultados. Suponía que estos minerales emitirían rayos X e impresionarían la placa.
Pero estaba en París, durante el invierno de 1896... Durante 10 días estuvo nublado y no pu­do exponer sus minerales al sol. Contrariado guardó todos sus materiales en un cajón oscuro. Días después, cuando volvió a buscar las placas fotográficas para continuar con los experimen­tos encontró imágenes difusas e intensas de los minerales y, sin embargo, no habían estado ex­puestos al sol. El fenómeno parecía evidenciar que, si en el lugar no hubo radiación solar, enton­ces las imágenes podrían haber sido originadas por las sales de uranio.
Al día siguiente, el 2 de marzo de 1896, publicó en la Academia de Ciencias un artículo donde relataba su nuevo hallazgo. Éste llamó la atención de una de las más brillantes alumnas de doctorado de la Sorbona, una mujer polaca llamada Marie Sklodowska.

Simplemente María...
Las publicaciones de Becquerel sobre los rayos provenientes del uranio Interesaron a sus amigos Pierre Curie y su esposa Maria Sklodowska, conocida desde entonces como Marie Curie.
Marie se interesó por las radiaciones emitidas por el extraño mineral de uranio. El uranio en ese entonces no era muy conocido y mucho menos utilizado. La científica estudió este fenómeno en diversos compuestos. Así descubrió que el torio emitía radiactividad.
Cuando se dieron cuenta de la importancia de las investigaciones, aunaron esfuerzos y se dedicaron de lleno a investigar el fenómeno que producían las emisiones provenientes del núcleo del uranio y el torio.
El matrimonio Curie observó también que ciertas muestras del mineral llamado pechblenda presentaban más actividad que las de uranio puro. Entonces, tras una serie de complejos procedimientos, aislaron un nuevo elemento químico al que llamaron Polonio, en honor al país natal de Marie.
La propiedad de emitir rayos espontáneamente que poseen el radio y otros elementos fue denominada radiactividad.
Por estos trabajos, Pierre y Marie Curie recibieron, junto con Becquerel, el Premio Nobel de Física en 1903.
En 1911 ella fue galardonada con el Nobel de Química, y fue la única persona en la historia que recibió dos veces este premio en Ciencias.
En 1934 murió de leucemia, como consecuencia de sus largas exposiciones a la radiactividad sin tomar ningún recaudo.

Los años siguientes a los descubrimientos de los Curie fueron tan ricos en acontecimientos relacionados con la estructura atómica, que algunos especialistas los denominan los "treinta años que conmovieron el mundo".